Una de esas ofertas comercializaba la vacuna a 250 dólares con la promesa una entrega «sigilosa» en un embalaje doble. El envío desde EU por correo ascendía a los 20 dólares con un extra de cinco dólares. Estas dosis prometidas pueden ser ineficaces o, en el peor de los casos, tóxicas.
La industria farmacéutica busca blindar las cadenas de suministro de las vacunas; además gran parte de estas ofertas son directamente estafas que buscan hacer dinero rápido con la promesa de vacunas falsas o que nunca llegarán al comprador.
México, 23 de diciembre (Economía Hoy).- La llegada de las vacunas contra la COVID-19 es una buena noticia para el mundo y permite avanzar hacia el fin de la pandemia, pero también entraña una serie de riesgos inherentes. Uno de los más notorios es la expectativa de aquellos que quieren lucrarse con la catástrofe sanitaria buscando sacar tajada de las nuevas vacunas.
A los pocos días de que países como Reino Unido o Estados Unidos hayan autorizado las primeras vacunas, en la «dark web», la parte más oscura e inaccesible de Internet, ya han aparecido las primeras ofertas para vender fuera del circuito oficial y del control de los Estados las dosis. Se abre así la veda a un «mercado negro» difícil de controlar.
Una de esas ofertas, rastreada por la empresa de seguridad cibernética Check Point Software y dada a conocer por el Financial Times, comercializaba la vacuna a 250 dólares con la promesa una entrega «sigilosa» en un embalaje doble. El envío desde los EU por correo o a través de una empresa de mensajería ascendía a los 20 dólares con un extra de cinco dólares si se quería recibir al día siguiente.
Otro proveedor de la «dark web» aseguraba esta semana tener a la venta vacunas desarrolladas por los fabricantes chinos Sinopharm y Sinovac a un precio de 750 dólares las dos dosis y con la posibilidad de hacer la transacción en bitcoins. El anuncio estaba ilustrado con una fotografía de archivo, que no se correspondía con el empaquetado habitual de ambos fabricantes chinos. Cuando un usuario le preguntaba cómo se debe almacenar la vacuna, el vendedor sugería utilizar una nevera portátil o un refrigerador.
Este último caso evidencia que la gran parte de estas ofertas son directamente estafas que buscan hacer dinero rápido con la promesa de vacunas falsas o que nunca llegarán al comprador. Sin embargo, más allá de si las dosis son falsas o verdaderas que se han robado, estas ofertas demuestran que la llegada de las vacunas ha despertado un oportunismo peligroso en el mundo criminal que irá en aumento, según los expertos, según vayan aprobándose nuevas vacunas.
Si en las últimas semanas se han conocido varios intentos de hackeo a los farmacéuticas que desarrollaban algunas de las principales vacunas, los organismos policiales advierten de que cada día que pasa es más probable que se cometan nuevos delitos que pueden ir desde el fraude online y el ciberdelito hasta la venta de dosis falsas o de calidad inferior.
Según Europol, existe riesgo hasta en el robo de viales vacíos, ya que pueden ser rellenados con cualquier sustancia y vendidos como una de las vacunas.
«Estas vacunas falsificadas son una amenaza significativa para la salud pública, ya que son ineficaces en el mejor de los casos y tóxicas en el peor», señalan a FT desde la agencia de la Unión Europea en materia policial.
Existen precedentes de estos riesgos en el mercado ilícito de fármacos para la quimioterapia. No obstante, que la aplicación de la vacuna sea a escala mundial y que sea más fácil de administrar que los citados medicamentos para el cáncer multiplica los riesgos. Es por eso que la industria farmacéutica se ha puesto en alerta máxima y ha redoblado los esfuerzos para proteger las cadenas de suministro y evitar robos.
Los suministros suelen estar equipados con dispositivos digitales que miden en tiempo real la temperatura y la ubicación, informando de cualquier alteración del plan. Con todo, si bien la tecnología garantiza la integridad del reparto, también podría ser una vulnerabilidad, como el hecho de que redes delictivas accedan a los trabajadores de esa cadena. Aunque se han registrado varios ataques cibernéticos, hasta la fecha no se han registrado ataques físicos a estas cadenas de suministro.
El hecho de que los países hayan decidido empezar las campañas de vacunación con colectivos vulnerables, ancianos y trabajadores sanitarios puede auspiciar que personas con más recursos intenten «saltarse la cola» y pagar por un acceso privilegiado a los antídotos, potenciando así el «mercado negro».